Etapa 7: de Normandia a Paris: ‘Operación Overlord’

Siempre hay un ‘día D’. En cada vida hay un momento, o incluso varios, que cambian tu destino. En Normandía, el 6 de junio de 1944, fue un ‘día D’ para todos. Empezaba la liberación de Francia de los nazis. En agosto llegaría la libertad a Paris. Y luego la de casi todos. Operación Overlord.

Un viaje largo y duro. Vidas perdidas y territorios ganados. Nuestro Tour tenía que recorrer esa etapa. Con la tranquilidad de unas vacaciones pero con el ojo puesto en la historia . Para que no se repita.

Llegamos a Normandia con nubes, un dia gris como pensamos que fue aquel. Antes de bajar a la playa vamos recibiendo la bienvenida de muchas banderas americanas y francesas en las casas típicas normandas que nos conducen al Museo Overlord. En la explanada, símbolos del ‘dia D’: carros de combate, niños subiéndose a los tanques, gente haciendo fotos… qué suerte que los tanques solo sirvan para hacerse fotos.

Muy cerca de allí un gran cementerio americano con miles de cruces blancas y estrellas de David. Desde allí por primera vez vemos la playa, desde lo alto, desde el acantilado. En lo alto un mapa eterno en el que explican quienes, cuándo y por dónde desembarcaron en la inmensa playa de Omaha. Mar y silencio. Sí, porque aunque hay turistas casi nadie habla o lo hace muy bajo. Parece que pesa lo que sucedió. Errores y horrores humanos. A su contra, la valentía, la juventud, las ganas de ayudar de cada uno que pisó aquella playa nos hace mirar con fuerza la linea del horizonte. Azul con azul. Tierra. Mar. Cielo. Y vida.

Bajamos a la playa porque habia que bañarse en esas aguas . Tendriamos que hacer nuestro propio ¡desembarco! Y… nos mojamos los pies solamente porque aunque te invada el patriotismo de la busqueda de la libertad, somos más del Mediterraneo y estaba el agua helada y empezaba a llover. La valentía es para otros momentos.

Así pues, carretera y mochila hacia París. Según íbamos acercándonos, se fue despejando el cielo: más luz, más calor, todo iba más rápido por la autopista, aunque con tanto peaje se frene un poco y parecía todo el mundo mas contento. Y es que llegábamos a la capital. Llegábamos con el Tour de Francia y como si fuéramos Indurain entraríamos por el Arco del Triunfo, con la misma fuerza.

¿Se sentirían así hace 74 años? ¿Felices pero con miedo? ¿Se darían cuenta lo que estaban haciendo por la liberté, égalité, fraternité? Llegaron a Paris. Nosotros también.